La enfermedad por reflujo gastroesofágico (ERGE) es una de las principales causas de consulta en gastroenterología. Aunque los médicos conocemos su fisiopatología y manejo, explicar a los pacientes por qué requerirán una endoscopia y cómo esta les beneficiará puede fortalecer la relación médico-paciente y favorecer la adherencia a su tratamiento (Spechler et al., 2011).
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¿Por qué la endoscopia es importante en ERGE?
Explicar al paciente con palabras claras que la endoscopia permite:
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Visualizar directamente el esófago: Identificar si hay inflamación (esofagitis), úlceras o lesiones.
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Detectar complicaciones: Como el esófago de Barrett, que aumenta el riesgo de adenocarcinoma esofágico.
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Tomar biopsias: Si se observan zonas sospechosas, para confirmar diagnósticos y descartar displasia o cáncer.
Se recomienda utilizar ejemplos concretos. Por ejemplo, mencionarles: “Así como un mecánico abre el cofre para ver qué está pasando en el motor, la endoscopia nos permite ver directamente si hay daño en el esófago por el reflujo.”
(Vakil et al., 2006)
¿Cuándo está indicada la endoscopia?
Para pacientes con:
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Síntomas persistentes a pesar de tratamiento médico.
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Signos de alarma: disfagia, odinofagia, pérdida de peso, anemia o hemorragia digestiva.
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Factores de riesgo para esófago de Barrett, como ERGE crónica (>5 años), edad >50 años, sexo masculino, obesidad y tabaquismo.
(Savarino et al., 2017)
¿Cómo explicarlo al paciente?
Algunas recomendaciones prácticas durante la consulta:
✅ Utilizar lenguaje no alarmista, enfatizando que el estudio es seguro y breve.
✅ Explicar que se realiza bajo sedación, con mínimo dolor o molestia.
✅ Aclarar que no siempre es necesario en todos los casos de reflujo ocasional, sino cuando hay riesgo de complicaciones.
✅ Reiterar que conocer el estado del esófago permitirá decidir el mejor tratamiento para evitar progresión.
(El-Serag et al., 2014)
El uso adecuado de la endoscopia en ERGE no solo facilita el diagnóstico, sino que su correcta explicación al paciente mejora la confianza en el manejo y su disposición a realizarse estudios necesarios. Como médicos, es clave integrar la comunicación empática con información basada en evidencia para una atención de calidad.
Aviso importante:
Este artículo está dirigido exclusivamente a profesionales de la salud. La información contenida tiene fines educativos y de actualización médica, y no sustituye la valoración, diagnóstico o tratamiento individualizado de ningún paciente. El uso de esta información es responsabilidad exclusiva del lector y no reemplaza la consulta con un experto en el área correspondiente.
Referencias de consulta:
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El-Serag, H. B., et al. (2014). Update on the epidemiology of gastro-oesophageal reflux disease: a systematic review. Gut, 63(6), 871-880. https://doi.org/10.1136/gutjnl-2012-304269
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Savarino, E., et al. (2017). World Gastroenterology Organisation global guidelines: GERD global perspective on gastroesophageal reflux disease. Journal of Clinical Gastroenterology, 51(6), 467-478. https://doi.org/10.1097/MCG.0000000000000819
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Spechler, S. J., et al. (2011). American Gastroenterological Association medical position statement on the management of gastroesophageal reflux disease. Gastroenterology, 140(3), 1385-1391. https://doi.org/10.1053/j.gastro.2011.01.054
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Vakil, N., et al. (2006). The Montreal definition and classification of gastroesophageal reflux disease: a global evidence-based consensus. The American Journal of Gastroenterology, 101(8), 1900-1920. https://doi.org/10.1111/j.1572-0241.2006.00630.x